En la ruta de la seda, 26 de mayo 2011: de piedras, golondrinas y camellos. Elegías de exilio en el fuerte de Jiayuguan

Enzo en las almenas del fuerte de Jiayuguan, 26 de mayo 2011
Enzo en las almenas del fuerte de Jiayuguan, 26 de mayo 2011

El fuerte de Jiayuguan, mítico comienzo de la Gran Muralla («mítico», digo, porque la Gran Muralla comienza en realidad mucho más al oeste de allí), fue por dos milenios el paso fronterizo emblemático entre la China y los territorios al oeste. Hubo otros fuertes mucho más al oeste, como el Paso de Jade de la Dinastía Han, que también visitaré, pero ninguno imprimió su sello en el imaginario cultural chino con la potencia del fuerte de Jiayuguan.

Tras pasar por ella, en un rincón a la derecha de la «Ultima Puerta Bajo el Cielo» (también llamada «Gran Paso Bajo el Cielo»), que es como llaman a la puerta este del fuerte (o sea la que mira hacia China), hay una gran pìedra ahuecada de tantos golpes que le han dado. Cuando la golpeas con un guijarro, si sabes golpearla, cantan las golondrinas que han desde siempre hecho suyo ese lugar.

Yo la golpeé y no me cantaron, tal vez porque no la sabía tocar. Después de mí un guia la golpeó, de manera más rápida y decidida, y sí le cantaron. Mas también puede haber sido porque la golpeé al delvolverme por ella de nuevo hacia el este por donde había venido, al final de mi visita. Y las golondrinas cantan sólo a los que se van hacia el oeste, para no volver. Su elegíaco canto es una despedida del viajero, especialmente del exiliado que parte para nunca más volver. Porque por esa puerta pasaban todos los expulsados de China, condenados a irse a perder al desierto salvaje y a las tierras «bárbaras» que yacían hacia el oeste.

Al otro lado, el lado oeste, del fuerte está la «Puerta de la Reconciliación». Esa era la penúltima que cruzaba el viajero y luego se le abría la puerta final, cuya boca hasta el día de hoy se abre sin transición alguna, sin atrios ni jardines, directamente hacia la inmensidad de desierto.

La sensación de mirar por su túnel tiene algo de pavorosa. Yo no me atreví a salir de él, por un pudor atávico a cruzar livianamente una mítica puerta sin retorno. A su lado izquierdo, a unos veinte metros, un grupo de camellos en espera. Ahora atienden a turistas, pero no cuesta mucho imaginarse a quiénes esperaban hasta hace un centenar de años atrás, y por milenios antes.

Cuenta la tradición que los viajeros, especialmente aquellos que partían al exilio, cogían un pedruzco y lo arrojaban contra el muro del fuerte junto a la Puerta de la Reconciliación. Si el peñasco rebotaba, era seña de que tendrían oportunidades de volver. Mas si no rebotaba y caía deslizándose mansamente por el muro, era signo de que no volverían más.

Estatua de Marco Polo en Jiayuguan, foto de Enzo Cozzi 26 de mayo 2011
Estatua de Marco Polo en Jiayuguan, foto de Enzo Cozzi 26 de mayo 2011

Marco Polo pasó por este paso fronterizo en dirección a China antes de que existiera el actual fuerte, que data de la Dinastía Ming, 1500 DC. Pero ya en su narrativa podemos ver la mezcla de esos tres mundos: el del comercio, el de las religiones y el de lo militar. Esos tres le han dado desde siempre su carácter a esta frontera entre China y occidente. Marco Polo lo cuenta así:

Cuando has cabalgado 7 días hacia el oeste (desde Dunhuang) llegas cerca de las provincias chinas. Hay muchas ciudadelas y aldeas, sus habitantes son musulmanes, pero también hay idólatras (budistas) y cristianos nestorianos. Viven del comercio y la manufactura. Bordan finos bordados con oro y seda y muchos más. Así como nosotros tenemos tanto tejido de algodón, así ellos tienen una rica variedad de tejhios en seda y oro.

Toda esta región es súbdita del Gran Khan. Hay una ciudad a la que llegas llamada Sindachu (la actual Jiayuguan), dedicada a todos los oficios que proveen de equipamiento para las tropas del emperador. En las montañas hay una mina de plata, de donde sale mucho mineral. El país está bien provisto de fauna, tanto bestias como aves.

Entre esas bestias: el camello, y entre esas aves: las golondrinas. Y todo alrededor de las bestias y las aves, una frontera entre la civilización china y el mundo del «oeste» que a estas alturas ya ha ganado estatus mítico, y pervive en los afectos y las emociones, en la poesía y en la literatura como metáfora de todo exilio y de todo tránsito cultural.

Pero hay tránsitos y tránsitos. El exilio chino significaba un tránsito desde la civilización a la barbarie. Otros exilios, sobre todo en nuestros tiempos, han sido de signo opuesto, desde países culturalmente devastados, o a lo menos empobrecidos, hacia los más civilizados o que han logrado por lo menos evitar el colapso de la civilización en su propio seno. Eso ocurrió, por ejemplo, con el exilio de europeos hacia la américas durante el nazismo.

Exilios y sufrimientos que igual les resuena a sus víctimas con notas llevadas de estas tierras, como nos muestra un poema del dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht, acerca del origen del famoso libro Daodejing – Tao Te King, de Laozi – Lao Tse, el libro capital del taoísmo, y de lo cual hab lo más en el video que acompaña este posteo. (El poema de Brecht lo puedes leer aquí: poema de Brecht sobre el origen del Tao Te King. Es el primer poema.)

Cuando Marco Polo pasó por allí tenía 17 años, y se quedó 26 años más. Curiosamente las estatuas suyas que uno puede ver en Jiayuguan lo pintan barbudo y cuarentón, con su figura enfilada hacia el oeste, es decir yéndose, evidentemente al final de su estadía. Lo esculpen, en otras palabras, exiliándose como si fuera un chino más, partiendo a terminar sus días como efectivamente los terminó: otra alma en pena, perseguido y desarraigado, en el propio occidente que había solido ser su patria de nacimiento.

[cincopa AoIAYlabajy2]

3 comentarios sobre “En la ruta de la seda, 26 de mayo 2011: de piedras, golondrinas y camellos. Elegías de exilio en el fuerte de Jiayuguan”

  1. enzito estas lindo disfruta el viaje que tendras que contarnos todo un beso grande ssssssss

  2. Buenisimas las fotos y gracias por las historias, es como estar viajando y aprendiendo contigo como profe.

    Un abrazo grande

  3. Que bien Enzo la narrativa que vas dando. Es como si estuviera viajando ya. No te olvides de anotar todos los los datos y tips, pues voy en octubre siguiendo tus pasos. Seguiré atento. Había estado algunos sin verte pues me encuentro en Sao Paulo, Brasil. Un abrazo Raúl

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