Hace unos días un visitante del sitio Feng Shui Chile 2.0, en el cual también participo, me ha hecho las dos preguntas siguientes:
No es uno, sino son muchos los textos clásicos chinos de cuya lectura se desprende que los signos del calendario tradicional chino (que eso y no otra cosa es Bazi – «ocho signos» ordenados en «4 pilares» del destino: un intrincado sistema astrológico basado en ese calendario) deben por fuerza cambiar en el hemisferio sur.
Ese es el caso, me atrevo a afirmar, de todos los grandes clásicos que se ocupan del calendario y de astronomía. No podría ser de otra manera pues esa necesidad es impuesta por el método clásico chino de determinar el calendario, método que es uno solo e invariable, pues depende de la observación astronómica. Y no solamente han de cambiar necesariamente los signos anuales, como esta persona me pregunta. ¡También deben hacerlo los mensuales, diarios y horarios! Es decir cambian cada uno de los 8 signos y 4 pilares del Bazi. Así de simple.
Doy un sólo ejemplo, pero de autoridad, pues es tomado del famoso clásico 周髀算经(Clásico del reloj de sol y las vías circulares del cielo, Dinastía Zhou, alrededor de 400-300 AC), que dice:
Chen, Shen, Yin y Xu son cuatro de las doce «ramas terrestres», o unidades variables de tiempo del calendario chino, que van correlacionadas con los doce signos animales de su zodíaco. Estas cuatro ramas se correlacionan con el Dragón, el Mono, el Tigre y el Perro respectivamente. Como podemos ver, sus posiciones en la Rosa de los Vientos están determinadas por las direcciones de las salidas y puestas del sol para ambos solsticios. Y como esas direcciones son distintas en cada hemisferio terrestre ello cambia también las direcciones de esos cuatro signos en nuestro hemisferio sur con respecto al hemisferio norte.
(Te dejo, lector, la tarea de observar cuáles son esas respectivas direcciones para tu localidad… es un ejercicio interesante y revelador).
Y como esas cuatro ramas terrestres son parte de una serie ordenada de doce unidades variables de tiempo (pueden ser horas, días, meses o años), si ellas cambian sus direcciones en el hemisferio sur, deben cambiar obligadamente de dirección casi todas las demás (con sólo dos excepciones, largas e innecesarias de explicar acá).
Ahora bien, como el cálculo de los signos anuales, mensuales, diarios y horarios depende de «visitas» que distintos astros y constelaciones van haciendo a las ramas terrestres de manera sucesiva cada hora (cada dos horas para ser exactos), cada día, cada mes y cada año, resulta obvio que si uno de esos astros, digamos la luna, se encuentra visitando la dirección en la Rosa de los Vientos donde se encuentra, por ejemplo, Chen, el Dragón, en el hemisferio norte, no estará al mismo tiempo también visitando a Chen en el hemisferio sur. Imposible pues, como vimos arriba, Chen no se encuentra en la misma dirección de la Rosa de los Vientos en ambos hemisferios…
Es tan perfecta esta lógica del sistema clásico, que ese ordenamiento diferente de los signos en nuestro hemisferio que resulta del texto clásico, les permite coincidir precisamente con los ciclos de la naturaleza tal como se manifiestan acá. Así por ejemplo, en el caso del ciclo mensual (segundo «pilar» del Bazi), el Ratón, que está correlacionado con la rama Zi que por definición marca el solsticio de invierno, queda naturalmente en la posición del mes de Junio (que es el mes de nuestro solsticio de invierno) y no del mes de Diciembre como ocurre con el Ratón en el hemisferio norte. Del mismo modo el Gallo, que está correlacionado con la rama You que marca el equinoccio de otoño, queda en la posición del mes de Marzo (que es el mes de nuestro equinoccio de otoño) y no del mes de Septiembre como ocurre con el Gallo en el hemisferio norte. Es decir la aplicación del clásico nos preserva una perfecta sincronía con la naturaleza, la que se pierde si, por no entender el sistema y desconocer a los clásicos, se mantienen inalteradas entre nosotros las direcciones originales de los signos.
El tema da para más, es más complejo de lo que lo he presentado y tiene sus sutilezas, sorpresas y recovecos. Pero lo esencial para contestar la primera pregunta que me hace este visitante ya está ahí. Y quién quiera interiorizarse más, sólo tiene que inscribirse en mis cursos de Bazi y Bazi avanzado que dicto en la Escuela Chilena de Feng Shui de Sylvia Galleguillos. Ahí le damos duro y sobre calentito al yunque de este asunto, hasta forjar en los estudiantes un conocimiento bastante cabal de cómo se determinan el calendario chino y los signos animales en ambos hemisferios terrestres. Y también pongo a disposición de mis alumnos una pletórica abundancia de materiales clásicos chinos, traducidos por mí.
Además lo pasamos muy bien estudiando, pues los textos clásicos chinos son delicadas joyas de cosmovisión y poesía, y de una capacidad extraordinaria de penetrar los abismos del alma y la psiquis humana, haciendo de éste un tema tan bello como apasionante. Y una de las cosas más apasionantes para nosotros en el hemisferio sur es un descubrimiento bastante asombroso que se puede concluir de la respuesta que daré a la segunda pregunta de nuestro visitante: ¿Qué hacer en las zonas ecuatoriales?Por ahora esa segunda respuesta quedará pendiente, para otro posteo, así que… esta saga continuará… (vuelve a visitarnos dentro de un tiempito y la podrás leer)
Para terminar, un avisito. El tema de las Ramas Terrestres como signos de los ciclos del tiempo está tratado bien exhaustivamente, con sus doce direcciones y períodos de tiempo correspondientes para ambos hemisferios terrestres, en nuestro libro coescrito con Sylvia Galleguillos: La Cosecha Dorada. Feng Shui en la empresa y organización (Grijalbo 2008), que está en venta en las buenas librerías. En ese libro también aportamos de otros textos clásicos que vienen a complementar la cita clásica que he dado aquí.
Llegué aquì desde el Blog de Gabriel Bunster. Interesante artículo. Gracias por compartir. Saludos.
Soy una apasionada de la astrología china, tuve la suerte de estudiarla en México (mi país natal) con un Mestro Chino que por desgracia ya murió y me gustaría saber si los libros los tienen electrónicos y cuanto cuestan?
Hola Luz María, nuestros libros no están en formato electrónico, lo sentimos. ¿Te interesa saber los valores del formato normal?